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Bordados de Chiconamel

Cuando compras algo hecho a mano, adquieres mucho más que un objeto, son horas de trabajo y dedicación: compras un pedacito de creatividad.

Desde tiempos antiguos ha existido la necesidad de vestirse, y como toda cultura, la huasteca conserva sus tradiciones, costumbres y secretos transmitidos por sus ancestros; así sucede en el pueblo de Chiconamel en el norte de Veracruz, donde durante siglos los bordados con diseños y colores infinitos, visten y dan estatus a las personas que los portan.

Bordaos en manteles

La región es muy calurosa y húmeda, por lo que la mujer viste blusa de manta blanca de manga corta, adornada con una tira bordada de flores coloridas que cubren sus hombros, que combina con una falda blanca o de color que llega hasta media pierna.

En el municipio está vigente la tradición del bordado y tiene gran importancia, pues cerca de 100 bordadoras lo hacen de manera tradicional; bordan para uso personal o para venta en ciudades cercanas, en expos artesanales, y hasta para exportar a otros países.

En Chiconamel durante siglos se sembró y cosechó el algodón en patios o parcelas, y hasta mediados del pasado siglo XX por las tardes se escuchaba en media docena de puntos diferentes el golpeteo del algodón, que sonaba como si pegaran a un tambor: era un sonido seco y fuerte, que por la orografía del pueblo se escuchaba desde cualquier barrio.

Danzantes Fiesta de Chiconamel

Las mujeres hilaban el algodón y creaban una manta con el tradicional telar de cintura; esa tela de algodón debía lavarse para evitar que se encogiera al usarse; después seguía el proceso de costura a mano con hilos o estambres de colores, hecho con aguja o gancho, con o sin bastidor, en hilván, en punto de cruz, cadeneta, recta, anudado, de ojal, y más.

Hasta nuestros días muchos de estos bordados en telas lisas o cuadrillé, en general hacen alusión a elementos de la naturaleza, como flores, hojas, ramas, aves, insectos, figuras geométricas, estrellas, el sol, los puntos cardinales, y lo común en su vida cotidiana.

El bordado es el arte de dibujar con hilo, y es muy común en blusas blancas y vestidos coloridos, en quechquémitl, caminos de mesa, tiras para camisas, pañuelos, cojines, fundas para almohadas, colchas, manteles, servilletas, tortilleros, bolsas, fajas y rebozos, donde predomina el color verde, rojo, azul, rosa amarillo, morado, y muchos más.

La vestimenta expresa la historia e identidad cultural huasteca, también es una respuesta al clima, con empleo de técnicas y creatividad heredada mediante tradición oral de la madre o abuela. En Chiconamel desde hace siglos, los bordados representan los gustos de sus habitantes, quienes como inspiración aprovechan lo natural de ésta región de México.