Azul Natour

Árboles fabulosos de México

 

Árbol del Tule en Oaxaca.
Árbol del Tule en Oaxaca.

Cada árbol es un benefactor que aporta flores, frutos, semillas, maderas, aromas, sombra y hábitat para otras especies animales y vegetales; además, proporciona la más exquisita belleza estética y la mayor parte del oxígeno que todos respiramos; su historia empezó hace unos 4 mil millones de años, cuando el planeta era joven y en los océanos inició la vida con reacciones químicas donde surgieron las primeras moléculas de la inigualable clorofila, un aporte exclusivo de las plantas, que mediante una reacción sencilla de fotosíntesis, producen oxígeno; así la atmósfera de la tierra se modificó lentamente y el cielo empezó a ser azul por acumulación de oxígeno y así creó un oasis en el universo.

Hoy las plantas con flores, tienen un empuje evolutivo que empezó hace más de 200 millones de años y esto no ha cesado, han rebasado a las demás especies y se imponen por mayoría en todos los rincones, donde dominan el paisaje.

El árbol ha sido acompañante del hombre en su peregrinaje por el planeta y ha sido representado en pinturas rupestres, estelas, dioses, cerámica, y es parte del arte visual de todos los tiempos; además ha proporcionado alimento, casa, armas, e incontables conceptos simbólicos, pues desde tiempos bíblicos el árbol del Jardín del Edén alude a la sabiduría y un enlace entre Dios, el hombre y la tierra. En el México prehispánico, han existido árboles sagrados como la Ceiba para los mayas, el Ahuehuete para los Mexicas, el Sahuaro para los Pápagos, y cientos de especies curativas.

Hoy las plantas embellecen campos y jardines con sus formas, tamaños y colores, por sus flores, hojas y tallos; en México, los bosques y selvas son hábitat de más de 26 mil especies vegetales, que conviven e interactúan con las demás especies de maneras muy complejas y las claves codificadas en sus genes poseen inmenso valor para nosotros, que igual como las plantas, luchamos para adaptarnos a los acelerados cambios del entorno. En este orden natural, el hombre es un recién llegado y se ha entrometido en todo, con resultados no siempre positivos para los especies vegetales.