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Región Huasteca, tierra de huapangos y paisajes cálidos

En esta región huasteca está el municipio de Chiconamel, Veracruz. La música que ha permanecido por siglos en el corazón de los huastecos es el huapango.

Río Cuahuizoco y Sabinos.
Río Cuahuizoco y Sabinos

En esta región huasteca está el municipio de Chiconamel, Veracruz, en el límite de tres estados, junto a los municipios de Platón Sánchez y Chalma; también colinda con Huejutla, Hidalgo, y está cerca del estado de San Luis Potosí. Sus habitantes gustan de los caballos, los gallos, las barbacoas de res o borrego, los cueritos y carnitas de cerdo, las enchiladas, los bocoles, el zacahuil y otros tamales variados, a veces acompañado con bebidas frías o aguardiente; aquí despierta el ánimo el café local acompañado con pan recién horneado.

Es una franja costera cercana al Golfo de México, formada por tierras tropicales, bajas y cálidas, que en su naturaleza comparten las mismas especies que vemos al caminar por las veredas y caminos rústicos, son plantas que perfuman el ambiente y los pájaros como tordos, papánes y chachalacas alegran los amaneceres; también sus arroyos y ríos siempre han aportado langostinos (cozoles y acamayas), mojaras, y bagres.

En esta área geográfica cultural la gente se siente identificada por los mismos valores, y vive su cultura. La Huasteca la forman varios estados del centro este de México; aunque para algunos sólo son tres, para otros cinco, la gran Huasteca la forman hasta siete estados: Veracruz, Hidalgo, Tamaulipas, San Luis potosí, Querétaro, Guanajuato y Puebla.

Es una región de gente alegre y dicharachera, que durante siglos ha disfrutado del violín, la jarana y la guitarra, acompañados por versos improvisados del tradicional del Huapango Huasteco, que tocan tríos de hombres o mujeres y es interpretado de manera pícara y alegre; también lo alegran Bandas de Viento que amenizan fiestas patronales, bodas y otros eventos; además, ahora abundan los grupos con nuevas tendencias musicales.

Hace casi tres siglos en esta región huasteca del norte de Veracruz surgió de los Fandangos y Seguidillas llegados de España, y desde mediados del siglo pasado trovadores como el Viejo Elpidio y Nicandro Castillo revitalizaron esta tradición. Hoy su influencia llega hasta otras regiones y países, donde los estilos de interpretación varían de uno a otro pueblo o estado, con versos creados al momento en cada fiesta, reunión o cantina.

Por eso, la música que ha permanecido por siglos en el corazón de los huastecos, es el Huapango, con letras que cambian según lo que quiere decir el cantante en cada ocasión; porque improvisan versos a los presentes, dando a cada canción un tono pícaro, como pasa con esta versión de la antigua canción El Caballito y la Hacienda de El Cepillo…