Salatiel Barragán Santos
Entre las culturas indígenas del país, los Huicholes confieren especial significado a los sitios que consideran sagrados y toman en cuenta el entorno natural. Uno de sus sitios más sagrados es “Wirikuta”, lugar místico que este pueblo considera su “Espacio Sagrado”, y dedica para comunicarse con sus deidades ancestrales. Para llegar hasta aquí, los Huicholes inician su peregrinación desde lejanos poblados ubicados en bosques y cañadas de la Sierra Madre Occidental, en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas, desde donde caminan entre 15 y 30 días. Es una peregrinación insustituible, para llegar al espacio donde efectúan sus rituales y transmiten el conocimiento de su cultura a sus descendientes.
Las ceremonias y rituales se realizan en la parte más elevada del cerro, denominado Leunar, entre palmas, agaves y encinos. Es el sitio reconocido a través del tiempo y destinado para efectuar los ritos que sustentan su vida social y religiosa. El Leunar o Cerro Quemado, hogar de sus Dioses, es el destino final de la peregrinación: lugar sagrado denominado Wirikuta. Aquí concluye su Ruta Histórico Cultural, y es donde llegan los Huicholes que han pasado penalidades como hambre, cansancio, y cientos de vicisitudes. Llegan hasta el cerro más alto, a pocos kilómetros del pueblo mágico de Real de Catorce; es el destino final de su viaje, en el lugar donde reconocen a sus antepasados y establecen comunicación con sus Dioses ancestrales.
La importancia ecológica de la Sierra de Catorce y sus alrededores, y la presencia de tradiciones indígenas y lugares sagrados de peregrinación, favorecieron que en Septiembre de 1994 y Octubre de 2001, ésta se decretara Área Protegida como Sitio de Patrimonio Histórico Cultural y Zona Sujeta a Conservación Ecológica del grupo Étnico Huichol (Wirrarika o Wixaritari” como se autonombran). El área incluye una superficie de 140 mil hectáreas en los municipios de Catorce, Matehuala, Villa de La Paz, y Villa Guadalupe; además, protege los 138 kms de la Ruta Histórico Cultural de la Peregrinación Wiricuta, en los municipios de Charcas y Villa de Ramos.
Es una región llena de historias y leyendas, no sólo aquellas que hablan de las minas de Real de Catorce, de luces voladoras nocturnas, reptiles gigantes, ritos y peregrinaciones sagradas Huicholes, sino por las pláticas del habitante común. Hoy, está protegida la Sierra de Catorce y se considera una isla de vegetación en medio del Desierto Chihuahuense; entre sus objetivos está la conservación de las especies prioritarias y la biodiversidad, la protección de sitios del patrimonio cultural e histórico, la investigación científica para el desarrollo productivo en el área, y la vigilancia e implementación de leyes y reglamentos para evitar el saqueo de especies endémicas, como el peyote.
ANÉCDOTA “…hace muchos años, el Sr. Medina, nativo de San José de Coronados, llegó sofocado a su pequeño rancho ubicado en la planicie al pie de la Sierra de Catorce; le dijo a su esposa que acababa de ver un “terrateniente”, algo muy raro; su nerviosismo, impidió que pudiera explicar bien; ella le dijo convencida, quizá fue un “extraterrestre”. Entonces el Sr. Medina, le contó que en el monte, a pocos metros de él vio un reptil enorme (parecido a una lagartija), que medía más de 2 m de largo, por lo que intentó lazarlo, pero su caballo se asustó mucho y se alejo presuroso del enorme reptil, que se fue tranquilamente… Lo de las luces voladoras en el cielo, eso es en las noches…” Cristino Rodriguez (el Hombre de las Willys).
